I.
Se viven tiempos de furia, dolor, silencio.
II.
“La procesión va por dentro” alude a lo que pasa en existencias acongojadas que no dicen o no advierten todo lo que están sufriendo.
III.
En La Celestina, un texto clásico de la literatura castellana de fines del siglo quince, se lee: “Lágrimas y suspiros mucho desenconan el corazón herido”.
Dolores, tanto se alivian cuando encuentran modos de expresar y, también, cercanías que sepan escuchar.
IV.
Por la radio un médico dice que quienes trabajan en su hospital sienten impotencia.
Ayudaría pensar que cuidados de la vida enfrentan tiempos de impoder.
Lo irremediable del límite derriba omnipotencias.
Pero, el lado sabio del límite enseña a estar ahí: la potencia de dar la sola presencia.
V.
Se debe al psicoanálisis haber dejado entrever, lejos de la pretensión de abarcar todo, suavidades y ternuras sanadoras del no poder.
VI.
Tal vez, mañana, algún día, podamos sentarnos a hablar de todo lo que nos está pasando.
Commenti