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Foto del escritorRevista Adynata

Adynata Noviembre / VPS MP

El ramillete de escrituras que se encuentran en Adynata Noviembre saben de peligros y también de luchas y resistencias. Saben de bordes y fronteras, de hedores, placeres, amistades e intimidades.


Hay algunas escrituras, como Vivir en la frontera de Gloria Anzaldúa o el poema La ciudad en la que te amo de Li-Young Lee que, tal vez, puedan hacernos pasar por una sensación cercana a la del último aliento…

Anzaldúa cuestiona todas las formas identitarias. Piensa la frontera como despellejamiento de la piel de todos los sometimientos.

Li-Young Lee, de una familia china radicada en los Estados Unidos, encarna aquí una escritura sobre el despojamiento identitario. En otra parte escribió: "Una palabra tiene muchas vidas. Presa, la palabra es juego, impronunciable".

Algo cercano a un último aliento pareciera hacerle “bailar sin cerebro; bailar la devoración” a Rhea Volij, que afirma en Arquitectura del sinsentido: “Hay un instante epifánico, cuando el movimiento se detiene y aparece la pregunta.”. Un texto sobre la desdomesticación de los cuerpos, el desaprendizaje de lo inmóvil en los movimientos, el descalabro de los órganos. Rhea introdujo la danza Butoh en la Argentina y explora teatro danza no representacional, actualmente con la obra Frontera, dirigida por Patricio Suárez, basada en textos de Gloria Anzaldúa.

Los escritos que publicamos de Gloria Anzaldúa trabajan también sobre la elección de lo limítrofe, pero no como condena sino como promesa. En Gestos del cuerpo piensa la escritura como inmersión en la carne y en la sangre, sin olvidar las quebradas osamentas. La escritura como fuga de la lengua oficial. La escritura como iluminación de todas las oscuridades que duelen.


En este Noviembre necesitamos también escrituras como Ancestra de Silvia Fernández y el fragmento de El libro de los placeres de Raoul Vaneigem porque disputan, de diferentes maneras, el territorio de los placeres. Esa trinchera que aún nos queda para encontrarnos en esos gestos que nos vitalizan y expanden. Que hacen juego con la narrativa de Agustín Caldaroni que recupera eróticas secretas de la amistad.

Compartimos además un texto de Agamben sobre La amistad, que se ha vuelto clásico. El escrito piensa el encuentro de san Pedro y san Pablo que se estrechan la mano camino del martirio, tal como lo retrata Giovanni Serodine, aunque esa pintura se presenta como amontonamiento de escenas.

Y el texto de César Aira sobre la intimidad, que piensa todas las literaturas del secreto como las correspondencias y los diarios íntimos. La intimidad como un territorio anhelado, aunque tal vez nunca alcanzado, ni en el amor ni en la amistad. Tampoco en un psicoanálisis que se inmiscuye en sueños, suspiros, dobleces del sentido y otros abismos. La intimidad como tierra prometida siempre lejana

Hay también, escrituras que rodean eso que nos pasa con lo que está pasando como Libertad embustera, Sabernos en peligro y La brújula del duelo; y también el poema de Wislawa, Si acaso.

¿Cómo lograr algunas pausas para cuidarse de sentir, como si ya hubiera pasado, aquello que todavía no aconteció? ¿Cómo evitar dejarse gobernar por angustias, desesperación y miedos? ¿Cómo lograr, aunque sea, algunas intermitencias?

¿Cómo seguir encontrando resquicios aún sabiendo que “Una paradoja de la experiencia reside en que aun habiendo vivido muchísimos momentos difíciles, siempre se vuelve a vivir el tiempo presente por primera vez.”?

¿Cómo aprender de aquellas vidas desangeladas que siguen viviendo aún sin alimento, aún sin abrigo, aún sin miramientos?


Quizás lo roto y el hedor se estén expandiendo.

Quizás asistamos a un tiempo donde lo roto y el hedor amenacen con comenzar a vivirse también en las clases medias. Quizás asistamos al ocaso de un tiempo en el que ya no haga falta que simulemos “una pulcritud demasiado ficticia” y nos asumamos hedientxs. (Rodolfo Kusch, 1961).

Entre tanto Adynata compone un lenguaje de lo imposible. "Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”".


Una ensayística con cierta prepotencia arltiana que sigue dispuesta a “no perderse el encanto en el mientras tanto de las veredas”.


V. Nicolás Koralsky Sin título. 2020


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Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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