Hacia 1980, las organizaciones y ¡qué decir! las publicaciones de mujeres, apenas hubiéramos podido contarnos con los dedos de la mano izquierda.
Ya no es así. Y casi sin exagerar podemos hablar de un amplio y complejo movimiento feminista de clase a clase y de norte a sur. En efecto, en la primera mitad de esta década puede constatarse la emergencia de una nueva presencia político-social en la oposición democrática de Chile: Son los "grupos de mujeres". Con historias, recursos, inicios, tiempos, membrecías, acción y finalidades muy variadas, llevan en común la especialísima característica de estar constituidas para, por y desde las mujeres.
Estas agrupaciones dan carne y sentido a un nuevo sujeto político-social. Un sujeto político que, los ojos en el futuro y los pies en el presente, sabe, reconoce que todos/todas contribuimos a gestar los procesos histórico-sociales; y que los gestamos por presencia o por ausencia, a conciencia o sin ella; y que, lo reconozcamos o no, las mujeres también estarnos insertas en la historia y somos parte de la inmovilidad de las transformaciones o de su transformación.
Hoy sabemos que tanto aquéllas que observamos desde los balcones, como aquéllas o esas que callarnos detrás de las cortinas, estamos todas insoslayablemente, ineludiblemente avalando con nuestro silencio, construyendo desde nuestro mundillo privado, el proceso que arrasa con la anchura pública de la calle vida y que tarde o temprano sus leyes y sus golpes caerán por encima de nuestros espacios cautelados haciendo artificiosa la línea blanca que separaba lo público de lo privado.
Hoy sabemos todo eso porque hemos aprendido muchas cosas a punta de experiencia...
Nota: Manuscrito inconcluso cuya segunda parte quedó sin redactar. Estaba siendo escrito por Julieta hacia fines de 1984, poco antes de su muerte a los 47 años.
Fuente: “Tejiendo rebeldías” escritos feministas de Julieta Kirkwood hilvanados por Patricia Crispi”.
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