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Foto del escritorRevista Adynata

Guattari analista (11 lecturas asistemáticas de 'cartografías esquizoanalíticas') / Franco Ingrassia

00. Presentación

El título de este texto presenta al menos dos posibilidades de interpretación: la contigüidad de un nombre propio con una función permite pensar tanto en el propio trabajo de Guattari como analista como en la posible relación de cierta firma de autor con la función analítica, sea quien sea quien se proponga sostenerla.

Tomando como válida la premisa que afirma que “el recorte concreto de las máquinas siempre es más o menos arbitrario”, podemos ejemplificar este tipo de lectura –en abierta disyunción con toda posible apropiación universitaria- organizando un recorrido asistemático y parcial por un único texto: “Cartografías Esquizoanalíticas” [Buenos Aires; Manantial; 1989]

Dicha asistematicidad y parcialidad cobran estatuto de efectos formales allí donde la clínica tensa la dinámica de la lectura, organizando su deriva. El texto queda violentado, saqueado por una dinámica de pensamiento que se compone con él sólo allí donde algún punto del saber puede funcionar como herramienta para la producción de la experiencia analítica.

Se presentarán aquí entonces 11 fragmentos teóricos provenientes del texto de referencia, seguidos de comentarios elaborados desde sus resonancias clínicas. Estos comentarios podrán ser prolongados por la lectora o el lector, a quienes invitamos a aportar sus propias resonancias…


01. Airear las prácticas


“La elaboración teórica se presenta aquí esencialmente especulativa, sin pretender por lo tanto codificar excesivamente las prácticas de la subjetividad: querría solamente airearlas.”

La relación entre práctica analítica y práctica teórica conlleva el riesgo de la codificación. Es por ello que se vuelve clave insistir en el estatuto especulativo de la teoría, situarla no como “teoría de la práctica” sino como actividad teorizante fundamentalmente endo-referida, pero abierta a los entrecruzamientos con la actividad clínica que resulten en el aireado de las prácticas de la subjetividad.


02. Análisis de las disposiciones y contexto problemático


“El análisis de la incidencia de las disposiciones de enunciación sobre las producciones semióticas y subjetivas, en un contexto problemático dado.”

No hay análisis sin implicación. Y no hay implicación por fuera del “contexto problemático dado”. La conexión inicial del equipo de intervención institucional con dicho contexto es lo que permitirá la producción de lecturas que, a su vez, resingularizarán dicha conexión inicial. Es así como la misma disposición analítica se constituirá a la vez como máquina de lectura del juego entre las producciones (semióticas y subjetivas) y las disposiciones de enunciación presentes en el contexto y como factor inmanente de incidencia adicional sobre dichas producciones.


Se trata de una situación en la cual las capacidades de retroacción y de autoalteración constituirán el recurso clave para que la composición de la disposición analítica –la presencia de un equipo en una institución- estimule condiciones para una reconfiguración de la institución en tanto tal.

03. Regla fundamental “Una nueva regla fundamental, una regla anti-regla impondrá un cuestionamiento constante de las Disposiciones analizadoras, en función de sus efectos de feedback sobre los datos analíticos.”

En oposición a cierta concepción relativamente extendida, esta ‘anti-regla’ no es más laxa que una norma específica sino todo lo contrario: se trata de una regla de la retroacción que interroga una y otra vez la relación entre nuestra ética y las intervenciones concretas que realizamos.


Habitualmente, las condiciones de posibilidad para que un análisis acontezca en una institución son exiguas. Las resistencias suelen constituir una fuerza nada desdeñable. La regla de la retroacción implica asumir que las resistencias son siempre resistencias de las disposiciones analizadoras. Sostener esta premisa implica, por una parte, que todo obstáculo resistencial queda dentro del campo analítico. Y, por otra parte, que aquello que, fuera de campo, impide el análisis, no constituye una resistencia, es decir, no tiene estatuto de limitación sino de límite. Dicho de otro modo, la regla de la retroacción es una premisa que intenta que las disposiciones analizadoras, cuanto menos, reduzcan a un mínimo las obstrucciones del análisis que ellas mismas puedan llegar representar.

04. de una Disposición a otra


“¿Cómo una Disposición toma el relevo de otra Disposición para “gestionar” una situación dada? ¿Cómo una Disposición analítica, o que se pretende tal, puede enmascarar otra? ¿Cómo entran en relación varias Disposiciones y qué se produce en consecuencia? ¿Cómo explorar, en un contexto totalmente bloqueado en apariencia, las potencialidades de constitución de nuevas Disposiciones?”


Se trata de preguntas clave para comprender la premisa de que el análisis no se sitúa en un nivel meta con respecto a la trama institucional, sino que se inscribe en ella, intentando de esta manera desplegar sus efectos. En esta ‘ecología de la acción’ las disposiciones se interpenetran, incidiendo de formas múltiples las unas sobre las otras. Es generando estos desplazamientos de disposición en disposición que la acción analítica prolifera, si bien convendría incorporar, junto a la noción de “contextos de bloqueo”, a la noción de “contextos de desfondamiento”, dado que resultan igualmente amenazadores para las potencialidades de constitución de nuevas disposiciones.


05. Conexiones y consistencias

“Hemos tomado partido por considerar las situaciones sólo desde el ángulo de encrucijadas de disposiciones, que secretan, hasta un cierto punto, sus propias coordenadas de meta-modelización. Por cierto, una encrucijada puede imponer conexiones; pero no constituye una coerción fija; puede ser esquivada.”


Allí donde las coordenadas de meta-modelización despliegan su trabajo de codificación de las conexiones reside la misma posibilidad del clinamen, del movimiento esquivo que funda procesos de innovación. Para ello, las operatorias reconstructivas de las modelizaciones activas deberán componerse con un trabajo constituyente y experimental que logre articular una consistencia alternativa al sistema conectivo preexistente.


06. Pragmáticas ontológicas


“Procedimientos cartográficos capaces de posicionar singularidades y procesos de singularización, lo que yo llamaría: pragmáticas ontológicas.”


Así como las disposiciones analíticas se constituyen en el mismo plano que la trama institucional en la que despliegan sus efectos, los procedimientos cartográficos apuntan no tanto a re-presentar el campo de intervención sino a reinventarlo cada vez. Es en función de ello que reciben su nominación de pragmáticas ontológicas. Y así el posicionamiento de una singularidad o de un proceso de singularización convergen, se entremezclan y cooperan con múltiples otros procesos que devienen directamente productivos de singularidad. No sólo son singulares –por los modos imprevisibles de anudamiento de las disposiciones analíticas- sino también productivos de singularidad.


07. Efectos y afectos


“La actualización de los Efectos y la virtualización de los Afectos no podrían ser asimiladas a una causación mecánica o a una implicación dialéctica, porque sus ocurrencias están indisolublemente ligadas al carácter contingente, singular, de las Disposiciones que las efectúan.”


Es por medio de las disposiciones que los efectos se actualizan y los afectos se virtualizan. Y es en esa instancia –más allá (o más acá) de la causación mecánica y de lleno en el campo de lo contingente y de lo singular- que el análisis diagrama su operatoria clínica. Siendo la capacidad de lectura de dichas actualizaciones y virtualizaciones la condición para la constante resingularización de sus modos de intervención. En ese sentido, la clínica institucional comparte con toda clínica analítica una característica: no se trata sólo de una modalidad práctica singular (que sería posible de inscribir, por ejemplo, como ‘estilo’ de cierto analista o equipo de analistas) sino que es una actividad resingularizante y en constante resingularización. Se trata de trabajar con la emergencia y con lo emergente (en el momento del trabajo analítico, las ocurrencias son inanticipables) desde una premisa ética determinada.


08. Cuestiones de deseo y problemáticas de enunciación


“Con las ‘máquinas deseantes’ de primera generación, se trataba de tender un puente entre la eficiencia diagramática de las materias signalécticas y las operaciones subjetivas más desterritorializadas. Convenía pre-suponer máquinas abstractas que atravesaran los órdenes más desterritorializados. El proceso, la línea procesual de desterritorialización capaz de operar ese atravesamiento, se convertía en la categoría de deseo. Ahora, estas cuestiones de deseo son reenmarcadas en las problemáticas de producción de enunciación.”

Con frecuencia el horizonte del trabajo analítico en una institución puede formularse de ese modo: producir un decir que tenga consecuencias; acompañar a un colectivo en la deconstrucción y la reconstrucción de las ligaduras entre las prácticas de enunciación y las demás prácticas que traman la materialidad institucional. Y es allí donde reencontramos al deseo como línea procesual capaz de (re)generar el haz de prácticas que denominamos, en ciertas ocasiones, dispositivo institucional y, en otras, formas de vida.


Las problemáticas de producción de enunciación no se limitan a preguntarse qué puede decirse o de qué manera puede ser dicho, sino que incluyen también –y en ello suelen jugarse cuestiones cruciales para una experiencia colectiva- la pregunta sobre cuáles son las consecuencias de esos decires, de qué modo comprometen a las disposiciones que los enuncian. Cartografiar, caso por caso, enunciación por enunciación, la palabra que liga, la palabra que redibuja líneas de conflicto, la palabra que bloquea otro decir, la palabra que dispersa a las otras o se dispersa a sí misma, la palabra que relanza la experiencia.


09. Una premisa ontológica


“Hay Flujos, el mundo se presenta bajo la forma de fluctuación.”


“Las máquinas y los campos maquínicos son engendrados a partir de Flujos estriados.”


“El estriado maquínico, como tal, es integración operacional de puntos de vista heterogéneos.”


“Podemos considerar las máquinas como instancias de producción ontológicas.”


Partiendo de estos cuatro enunciados sería posible componer la premisa ontológica del campo maquínico. Como subrayábamos en el punto 01 de este escrito, la vinculación preferente con este tipo de hipótesis sería aquella que permita airear las prácticas, en oposición a su codificación excesiva. Siguiendo esa línea, podría decirse que la ontología es, para el análisis institucional, una cuestión situacional.


Dicho esto, la imagen de un mundo que se presenta bajo la forma de la fluctuación suele permitir la construcción de orientaciones prácticas en situaciones donde el estriado maquínico no logra integrar operacionalmente la heterogeneidad de puntos de vista presentes más allá de un mínimo umbral de consistencia.

Pensar maquínicamente las instancias institucionales permite volver legible su dimensión ontológicamente (im)productiva: ¿en qué medida estas instancias generan, bloquean o dispersan las condiciones para la producción de determinadas experiencias?


10. Lecturas trans-posicionales


“Los rasgos de intensidad constitutivos de las máquinas abstractas cesan de ser pro-posicionales para volverse trans-posicionales.”


Una clínica trans-posicional es una clínica orientada a “trabajar las variaciones-derivaciones-integraciones propias de los campos de lo posible”. Una de las dificultades que encontramos una vez asumida esta premisa radica en que debe aplicarse tanto a la trama institucional en la que trabajamos con a la trama de la propia disposición analítica. La interrogación de la institución debe hibridarse con la interrogación del propio dispositivo analítico, particularmente de sus elementos pro-posicionales: premisas teóricas, supuestos básicos subyacentes, identificaciones transferenciales, etc.

11. Lo procesual


“Se trata del devenir procesualizándose, de lo heterogéneo diferenciándose. El relanzamiento incesante de nuevos datos debidos a la entrada en juego de constelaciones inéditas de universos de referencia. En síntesis, ¡el proceso! Debemos describir cómo esta procesualidad de hipercomplicación se articula con el ‘pasaje del ser’ de la singularización existencial.”


El análisis institucional opera según un horizonte: devenir indistinguible de la procesualidad de hipercomplicación, hasta el punto de resultar innecesario. Es según este horizonte que se dirime, en cada instancia del trabajo analítico, una cuestión crucial: la determinación del umbral a partir del cual un dispositivo ‘de intervención’ pasa de ser un catalizador de la heterogénesis a ser un elemento obturante o intrascendente. Las lecturas, siempre asistemáticas, siempre trans-posicionales, se realizan desde la perspectiva de la viabilidad. ¿Es el estriamiento del dispositivo lo que funciona en determinado momento como condición para la viabilidad del proceso? ¿Es su fluidificación? El relanzamiento incesante de la lectura irá formulando respuestas variables. Hasta que el ‘pasaje de ser’ de la singularización existencial de la institución sugiera el pasaje al no-ser del dispositivo analítico. Pero, quizá, no el del análisis.


[Todas las citas extraídas de F. Guattari, Cartografías Esquizoanalíticas, trad. D. Scavino; Buenos Aires; Manantial; 1989]


Xul Solar, Marte y Saturno Pan tree 1954

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Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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