Quisiera escuchar la historia de todas las penas que se han deslizado silenciosamente en los márgenes de recetas de cocina, a orillas de las casi transparentes hojas bíblicas; en trocitos de papeles lagrimeados, escondidos en costureros.
Algunas existencias han sabido arrancarle a la privada vida una intimidad que pudo sostener y acompañar los latidos de sufrimientos sin redes sociales.
Las lenguas y los cuerpos se han insumido, se insumen y seguirán insumiéndose en rincones imposibles.
La intimidad puede ser ese espacio en el que se ensaya la inconformidad con el mundo que existe y se despeja un territorio hasta volverlo habitable.
Otras veces, esa posibilidad se ensaya entre sensibilidades. En algunos momentos, en situación de asamblea, en debates, o encuentros inesperados, palabras urgentes rozan una piel, al punto de suscitar una inquietud tal que detiene el parpadeo.
Al escuchar el relato de alguna existencia que ha vivido una crueldad, al abrazar con aplausos furiosos testimonios imposibles de ser soportados por un solo cuerpo, se siente como si se avivara en las pieles una memoria asfixiada.
¿Cómo decir algo de ese misterio?
¿Es posible componer políticamente a partir de esa memoria, de ese registro que a veces sólo golpea la carne como intuición sutil?
El bombo-corazón lanza una pista y descansa.
¿Cómo recuperar algo de la potencia que a veces brota en el territorio-cuerpo cuando percibimos que también habitamos inorgánicos campos comunes?
No apelo a un estado ideal o a un tiempo perdido. Sí creo que en este intento de cambiar las formas de vida se vuelve necesario recuperar una experiencia de lo común no orgánico, de la complicidad no propietaria, de la que históricamente se nos ha privado.
Una experiencia que tal vez también sea del cuerpo-tierra.
¿Cómo cuidar esos momentos sin terminar adhiriéndonos al débito automático de la mismidad, la rostridad, la identidad? Es decir, ¿cómo habitar cercanías sin tener que pensar lo mismo, hacer lo mismo, desear lo mismo y pasar a formar parte de las filas de una misma organización?
En algunos momentos, en los Encuentros Plurinacionales de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, No Binaries, se dibuja una invitación a celebrar esos instantes e intensificar y dar lugar a las intuiciones que los mismos siembran sin tener que rendirle tributos a ninguna organización, ni pensar, hacer, o desear todxs lo mismo.
Tal vez las acciones-pensamientos más interesantes surjan de las mezclas que no cuajan, que están cerca de lo que vibra porque aún no han sido encorsetadas en las formas que algunos activismos prevéen para los afectos y palpitaciones que insisten porque se mantienen sin nombre, resbalosas, escurridizas.
(ideas, notas, rumias de una tesis en preparación)
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