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Foto del escritorRevista Adynata

Máscaras y miradas / Daniel Rubinsztejn

1.

Está muy preocupada, cada vez que usa barbijo su pequeño hijo no sonríe. No alcanzan su voz ni sus ojos para que sonría el bebé. Cuando capta su rostro con su boca y nariz, ahí sí, junto al tono y la mirada el bebé sonríe. Se pregunta qué marca le quedará de este tiempo fuera de quicio. La pregunta le retorna.


2.

René Spitz experimentaba sosteniendo una máscara frente a la mirada del bebé, si la giraba…dejaba de sonreír.


3.

Cubre bocas, tapabocas para cuidar y cuidarse. Aún no escuché relatos en los que el barbijo se erotice. La vestimenta cubre el cuerpo de una mirada que quizás ruborice y tal vez excite. Mostrar ocultando, y ocultar mostrando, retorno de una magia infantil que juega a desaparecer y aparecer: fort-da.


4.

Mascarada femenina que atrapa sueños y fantasías, pero que inflige rubor o angustia si una mirada la desnuda en el momento menos oportuno.


5.

Diplopía: la mira y ve dos en una, a veces solo una. La madre de sus hijos a quien ya no toca. La escucha en estéreo, habla por distintos canales; cada tanto le parece que es ella la que habla.


6.

Mascarilla con los colores de su equipo que delatan pasiones; si lo miran que sepan a quien venera.


7.

Escuché que le decían con mucha seguridad: “hay una vida mejor, pero es más cara”. Los miré pasar y pensé que algunos creen que todos los valores cotizan en bolsa.


8.

Mascando un chicle con la boca oculta por el barbijo, nos miraba con desprecio.


9.

Hoy abrazar puede masacrar.


10.

Rostricidio que nos aleja de besos.


11.

“¡Te estoy mirando!, comportate”. Una mirada que vigila y amenaza.


12.

“Cruzá tranquilo, yo te miro”. Una mirada que cuida y contiene.


13.

Un mito: tal vez cuando el ser humano abandonó la posición cuadrúpeda y adoptó la bípeda trocó el olfato por la mirada; el erotismo, el deseo se enmarcan con recortes de miradas. Es el único ser viviente que copula de frente, cara a cara.


14.

Más mitos: la esposa de Lot se transformó en estatua de sal por mirar lo que no debía. Moisés aterrorizado mira la zarza ardiente y pregunta si va a morir.

Perseo derrota a la medusa con una mirada reflejada en su escudo.

Acteón castigado por mirar la desnudez de Diana.

Orfeo no puede evitar la tentación de mirar atrás a su amada Eurídice, y la vuelve a perder en las sombras del infierno.

Narciso capturado por una mirada asesina que lo arroja a las aguas.

Tiresias castigado con la ceguera por revelar el secreto del goce femenino.

Edipo cegado por su propia mano para no ver incesto, para no ver como lo miran.


15.

Oye ruidos, entra al cuarto y mira lo que no querría ver. El no está allí. No entiende lo que ve, pero no deja de mirar. Fascinum. Escena que hechiza y con-funde. Si estuviera ahí ¿de qué lado estaría?


16.

Sesión virtu(re)al. Desde su cuarto relata que su familia la presiona para que estudie derecho, sus padres, tíos y primos ejercen esa profesión. Ella eligió letras. Súbitamente dice: “No lo puedo creer, está en la biblioteca. Estuve buscando todo el día un libro y no lo encontré, ahí está! El libro me mira”.

– ¿Qué libro es? Pregunto.

El proceso.



Kit Layfield, ilustración, tinta sobre papel. Serie Mascarillas

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Entre las figuras poéticas y retóricas, Adynata (plural de Adynaton, que suena a palabra femenina en castellano) compone lo imposible. Procura insurgencias, exageraciones paradojales, lenguas inventadas, disparates colmados, mundos enrevesados, infancias en las que “nada el pájaro y vuela el pez”.

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