No soy peronista
pero la alegría peronista de mis compañeras
peronistas
me contagia
mis amigas con les amigues de les vecines
y los autos que desaforados tocaban bocinas
se habrán quedado afónicos.
Yo no soy peronista
no creo en el régimen
en nadie ni en nada, ya
pero viste la muchedumbre contentísima porque se iba el neoliberalismo?
Las señoras viejas, maestras de añares,
les xadres e H.I.J.O.S
las marikas!!
Viste cómo bailaban las marikas?
Con qué desobediencia y alegría
habrán perreado
la cumbia, el vino brishos,
los Néstor, todo eso
que les hace feliz
la bandera, los carteles de cartones y letra a
mano, Cristina que te necesitamos,
que te queremos Cristina, Chau Macri,
que no fue magia.
gracias a Eva a mi vieja y a la jefa
El peronismo es el opio
pero cuánto vale la alegría en los ojos,
en los dientes, y en las manos y panzas
de todes elles?
Esa necesidad de respirar
porque volvió el alma
yo la entiendo.
Están felices.
Macri habrá formado a más peronistas
que el propio Perón.
Les muchaches
anoche eran un jolgorio.
Y ante toda esa energía colectiva, yo,
no peronista
siento una empatía que me desborda
sobretodo porque no soy peronista
pero tampoco una forra
y el pueblo en la calle siempre
es bien recibido
para festejos.
Aunque también, peronistas,
peronches de entre los márgenes:
que nadie les diga nunca más
que no salgan a las calles,
cuando tengamos que protegernos
de las balas del hambre o de todo
estemos todes en marcha
como estuvieron ayer.
Marquenle la cancha
a la derecha patriarca
que tienen adentro
Manden bien a la mierda
a todos esos viejos rancios
que derramaron sangre
pobre, originaria y obrera.
Y por otro lado,
que dicha que hayan vuelto
ustedes
no Alberto, ustedes,
volvieron
al gobierno.
No se olviden de las calles, Wachis
no se olviden.
*publicado en Rota. El grito de una resieliente. Capuchas ediciones, Buenos Aires, 2019
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